Los entornos en infoarquitectura

Por: Pablo A. Martín

Me contaron muchas veces en la facultad de arquitectura que una obra no es nada sin su entorno, que un proyecto tiene que responder a unas necesidades concretas creadas en gran parte por la situación en la que se iba a ubicar. Además te sacaban bien el látigo si lo olvidabas, aunque luego te enseñaban algunas obras reverenciadas del siglo XX y te preguntabas si se habían dejado el entorno en casa o algo. En fin, que el entorno suele ser importante en un proyecto y resulta que es uno de los grandes olvidados en infoarquitectura.

Centrándonos algo más en lo técnico, hay diferentes opciones a la hora de realizar el entorno de nuestro proyecto en una infografía, pero en este post nos centraremos para empezar en la elección básica ¿Hago el entorno también en 3D, tiro de fotos o lo dejo directamente en blanco como si estuviera en Matrix, que total el cliente ya sabe donde está y así no le distraigo del proyecto? Pues como todo en este vida y en esta profesión, depende.

Los entornos en 3D llevan mucho más trabajo que cualquiera de las otras dos opciones, trabajo que a veces no teníamos en cuenta (lo cual es un error de campeonato), llegando a ser mayor el tiempo invertido en el entorno que en el propio proyecto para que luego en las imágenes luzca poco. Merece la pena sobre todo cuando es u entorno especialmente interesante o importante para el proyecto y debido al punto de vista o a lo que queremos mostrar no podemos hacer fotos con comodidad o para que las perspectivas cuadren. Es lento y costoso.

Los fotomontajes son la opción perfecta para trabajos con vistas a pie de calle, a la altura de un ojo humano estándar, son normalmente rápidos de hacer sobre todo si tenemos las fotos de antemano o las hacemos nosotros mismos, ya que nos permiten ubicar la perspectiva de forma precisa para que encaje con una de ellas durante el proceso, para evitar el engorro y la dificultad de intentar ajustar una foto que no cuadra. Lo difícil en esta opción es evitar que se note demasiado la diferencia entre foto y 3D por contraposición, en estos casos yo recomiendo cuadrar la perspectiva, las luces y los niveles y luego aplicar las modificaciones de forma conjunta a ambas cosas, render y foto. Pero se necesita bastante experiencia para hacerlo bien del todo.

Esta opción tiene otra desventaja menos obvia en un principio pero bastante importante en casos donde nos tenemos que alejar del modelo lo suficiente para que no aparezca en primer plano, por exigencias del trabajo o la razón que sea. En estos casos la foto se suele comer el protagonismo del 3D por la simple razón de que la realidad suele tener más detalle y definición que un modelo tridimensional. 

En los casos en los que decidamos que la nada absoluta es nuestra opción, espero que haya razones mejores que porque es más cómodo. La descontextualización no suele ser una buena decisión para mostrar algo más allá de un idea interna del proyecto (que no dependa de su situación exterior) o mostrar el proyecto como obra exenta, si luego vamos a completar la presentación o la información con datos suficientes de su ubicación.

Por último, nombrar por supuesto a las mezclas de estilos, las amigas de todo grafista. Hacer un entorno conceptual con prismas y formas básicas, hacer 3D solo para el primer plano y foto para el resto o hacer solo el primer plano y darle apariencia de maqueta.. Esas opciones suelen ser muy acertadas cada una en su caso, además de demostrar la gran versatilidad de estilos que solo podemos conseguir gracias a la infoarquitectura.

Y vosotros ¿que preferís o que soléis hacer con vuestros entornos? Y si no realizáis 3D ¿Como os gustan más las imágenes? Dadle al Me Gusta de aquí abajo para que siga escribiendo sobre el tema.

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